Estar activos en nuestro día a día es fundamental para promover una buena salud. Esto no solo quiere decir entrenar dos, tres o cuatro días por semana. También significa mantenernos en movimiento y escapar de unos hábitos sedentarios que puedan resultar perjudiciales. Hoy en día, con el aumento del teletrabajo y el tiempo en casa, se da una drástica reducción de la actividad en muchas personas. Tomando conciencia de ello, podemos hacernos con las riendas de nuestra rutina y volver a sentir la energía recorriendo nuestro cuerpo y mente. ¿Practicas actividad cardiovascular habitualmente? ¡Deberías!

Debes saber que no hay que elegir entre actividad cardiovascular o entrenamiento de fuerza. Estas no compiten entre sí, ni es mejor una que la otra. Ambas son perfectas, beneficiosas para tu salud y se complementan entre sí para unos resultados de altura. Hay personas que realizan alguna actividad cardiovascular o cardio, como se conoce popularmente, y creen que por ello ya cumplen con las necesidades de su cuerpo. Sin embargo, si a esta rutina se añade el entrenamiento de fuerza, el desarrollo tanto interno como externo, puede ser increíble. ¿La mejor noticia? No importa la condición física de partida, ni si quiera la edad. Hay multitud de ejercicios y combinaciones para que cada persona pueda adaptarlas a sus circunstancias y disfrutar de unos hábitos deportivos excelentes. Siempre que sea necesario, por supuesto, consultar con un profesional en la materia te ayudará a saber que vas en la dirección correcta.

Actividad cardiovascular, ¡dale a tu cuerpo movimiento!

Centrándonos en la actividad cardiovascular, esta no debe ser olvidada, pues tiene grandes beneficios que son, además, muy evidentes de forma progresiva. Correr, bailar, saltar a la comba, nadar, montar en bici, patinar… repercute muy positivamente en nuestro organismo. Y es que el cardio refuerza nuestro sistema inmune y nos protege, mejora el funcionamiento del corazón y los pulmones y aumenta la energía, así como la resistencia física. Además, quema calorías y acelera el metabolismo, tonifica el cuerpo y estiliza la figura. A nivel mental, practicar actividad cardiovascular ayuda a liberar tensiones y estrés y puede reducir de manera notoria síntomas asociados a la ansiedad o la depresión. Sin duda alguna, nuestro estado de ánimo se ve favorecido por este tipo de prácticas. Nada mejor para combatir el sedentarismo que acelerar las pulsaciones, darle caña a nuestro cuerpo y dotarlo del movimiento que tanto necesita.