Hacer ejercicio de forma regular es uno de los pilares básicos de un estilo de vida saludable. Y es que el deporte es salud. Sin embargo, al practicarlo, nos exponemos a sufrir ciertas dolencias o lesiones que pueden experimentarse desde más leves hasta otras más importantes que requieran atención y tratamiento. Hoy te hablamos de las agujetas y te damos algunos tips para identificarlas correctamente.

El primer paso para evitar sufrir lesiones es ser responsable con el propio cuerpo y prestar atención a las necesidades del mismo. Está muy bien ir a tope a por los objetivos que nos marcamos. Sin embargo, lograrlos, no pasa por superar los límites de nuestro cuerpo. Por otro lado, una de las molestias más comunes que cualquier persona, veterana o no, puede experimentar son las agujetas.

¿Qué son las agujetas?

Las agujetas son pequeñas roturas de microfibras musculares que aparecen de forma tardía, entre las 12 y las 24 horas posteriores al entrenamiento. Estas se manifiestan mediante una sensación de dolor muscular y se dan cuando realizamos una actividad que no es la habitual, aumentamos la intensidad del ejercicio o implicamos grupos musculares distintos a los que acostumbramos. Las agujetas alcanzan la intensidad máxima de dolor transcurridas 24-72 horas desde el esfuerzo físico y pueden alargarse hasta pasados unos días.

Cuando sentimos dolor muscular en un punto concreto, como consecuencia de las agujetas, podemos percibir otros síntomas como inflamación o limitaciones en el rango de movimiento. Aunque se trata de una molestia que va disminuyendo progresivamente con el paso de los días, en ocasiones es tan intensa que puede confundirse con una lesión mayor.

Hay una serie de recomendaciones que se pueden seguir cuando se tienen agujetas. Generalmente, no es necesario parar la actividad ni tomar reposo. Ahora bien, sería favorable continuar con la actividad implicando otros grupos musculares y permitiendo que la zona más afectada pueda recuperarse correctamente. Si, por el contrario, el dolor es muy intenso e incluso incapacitante, será recomendable no arriesgarse, parando unos días y observando la evolución y la recuperación de la musculatura. De lo contrario, podríamos exponernos a sufrir ciertas lesiones en ligamentos o tendones, agravando una situación que en principio es leve y requiriendo tratamiento.

¿Cómo distinguirlas de un mal mayor?

Las agujetas, a pesar de experimentarse en diferentes intensidades, tienen una recuperación muy notoria y progresiva. Estas pueden durar toda una semana fácilmente, sin embargo, se percibe con el paso de los días una clara disminución de la intensidad del dolor. Una lesión mayor se manifiesta de forma permanente llegando a agravarse con el movimiento. Es importante que, ante cualquier duda, se consulte con una persona capacitada para evaluar con precisión el motivo de la molestia.

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